Segulot para la Fiesta de Janucá
Cada celebración en el
calendario hebreo trae nuevas oportunidades para combinar los ritos con actos
simbólicos que sirven como medio para materializar lo que pedimos en cada
oración que hacemos.
La famosa Rabanit
Yemima Mizrachi, propone una lista de segulot para la fiesta de Janucá y
que con cariño quise traducir y explicar, con la ayuda de mi esposo,el Rabino Rigoberto
Emmanuel Viñas.
La parashá de esta
semana, Miketz, contiene los sueños del faraón y de Yosef, los cuales siempre
se cumplen, esto nos indica claramente que Janucá es un momento apropiado
para pedirle a Hashem por los nuestros para que se cumplan acorde con su voluntad.
Durante la fiesta de Janucá
a no hacer trabajos mientras las velas de la janukiya están alumbrando,
especialmente durante los primeros 30 minutos; el Rabino Yair Chaim Bachrach
de Alemania (1680) en su obra Javot Yair, nos dice que es una buena práctica
que durante este periodo de tiempo contemplar las luces de la janukiya ya que
esto nos ayuda a calmar la mente, la concentración y a la memoria.
El total de velas que se
prenden durante la fiesta de Janucá es 36, los serafín están parados delante Él
(Lo), en la gematría de Lo es 36 (Isaías 6:2) y de acuerdo con el Rebi de Ruzhiner esto se refiere a los
ángeles que están arriba de la janukiya y sirven para cargar las oraciones que
ofrecemos.
Según la cabalá sefardita
del Zohar, el número 36,es el número de horas que la luz escondida alumbró. Esta
luz fue la primera luz espiritual que Hashem creó y nos permite entender por
qué las cosas que ocurren, ocurren. Esa luz profética se escondió en el
momento Adam y Java pecaron, pero esta se revela por medio de la profecía y
durante la oración, por esta razón recibimos inspiraciones divinas cuando se
está orando.
Cuando se prepara la
janukia se debería hacer ¨Jidur Mitzvᨠque significa que la janukia y
el aceite deben ser lo mejor que uno puede poner y que el área a colocarse debe
estar lo más bonita posible, (esto también le aplica a todos los mitzvot que
hacemos).
Uno de los aspectos que
se debería considerar al prender las velas de Janucá, es que el primer milagro
del aceite, específicamente, es que encontraron un jarro de aceite puro sin la
tumá (impureza) atribuida por dedicación a los dioses falsos paganos y esto no
era necesario. La ley es que cuando todo está impuro, no aplica la ley de
tumá y tahará, pero ellos querían usar algo de mejor calidad, pudieron
haber usado cualquier aceite, porque querían hacerlo en la mejor forma posible,
entonces es cuando ocurre el primer milagro de que la pequeña cantidad
encontrada en el jarro duró 8 días, dándole el tiempo necesario
para preparar aceite puro, en otras palabras uno pone de su parte y
Hashem pone la de él obrando Milagros.
Jaim David Azulai conocido como el Jida (Rabino Marroquí de
Jerusalén (1724 – 1806) explicó que hay un mérito extra especial por usar el
mejor aceite de oliva posible, al igual que los Hasmoneos se esforzaron
para usar el mejor aceite (tahor) puro. Este zejut (mérito) asegura que
sus hijos sean estudiosos de Torá y justos. Esto no solo aplica a las luces de
Janucá,si no también a las luces de Shabat. “Tus hijos serán como retoños de
olivos alrededor de tu mesa.” Salmos 128.3. Esto se refiere al usar
aceite extra virgen para ensaladas finas, no al aceite que se produce para
velas o para freír. Si no se puede comprar ese se debería usar el mejor que se
pueda conseguir. Cualquier aceite se puede usar (halájicamente) pero el
aceite de oliva tiene este merito adicional.
Dice el Peskita Zurata
en Bemidbar Behaaloteja que el mérito de usar aceite de oliva para las velas de
la janukiya y también de Shabat es que produce hijos que serán maestros de
Torá.
Es una segulá decir el
último verso del salmo 90 siete veces en voz alta y una vez en voz baja…vehi
noam adonai elohenu alenu umaaseh yadenu conenehu. Que el agrado de Hashem, nuestro Dios, este sobre
nosotros, establezca la obra de nuestras manos y haga que las obras de nuestras
prosperen.
También se dice completo
el salmo 91, que es llamado el salmo
de las penas, porque aleja las penas y las malas energías de tu cuerpo como los
miedos, el enojo y resentimientos. Se dice el salmo entero siete veces en voz
alta y la octava en voz baja. Se puede decir mientras se está delante de la
janukia.
Los Hasmoneos decían el salmo 90 cuando peleaban contra
los griegos y judíos helenistas, “mil caerán de tu lado y diez mil de tu
lado derecho y a ti no se acercaran.”
El Cabalista Ben Ish Jai (Sumo Rabino
Yosef Jaim de Bagdad 1835-1909) explicó que mirar a las llamas de la
janukiya sirve como una medicina para el alma. La luz de la janukiya
representa la luz creada antes de los miedos y otras enfermedades del alma. Las
enfermedades del alma viene porque no hay alegría. La alegría de las fiestas es
para sanar al alma. Las luces de Janucá son un momento muy apropiado para orar
para la alegría.
Otra manera de sanar al
alma es preparar las velas uno mismo y mientras lo hace decir el versículo del salmo
30:1 “exaltaré al Señor porque me has levantado y no has permitido que mis
enemigos estén alegres sobre mí.” Uno se concentra en las palabras del salmo
Hashem heelita min sheol nafshi porque las primeras letras de cada palabra
deletrean la palabra NESHAMA alma. (Salmos
30:4)
El Salmo 67 se
recita en la forma de una menorá. El Jida en su libro Moreh Etzba
dice que cualquiera que recite este salmo en forma de menorá cada día y
especialmente en Janucá será considerado como prendió la menorá del templo sagrado
y por ese merito será protegido de todo mal. El salmo contiene siete versos
como la menorá del sagrado templo y 49 palabras que corresponden a los vasos,
flores y hojas de la menorá. El Rey David recibió esto de Hashem en
la forma de una tabla de oro. El rey cargaba esto con el cuando entraba en
batalla y eso le permitía vencerle a todos los enemigos.
También existe una segulá
para la Teshuvá (arrepentimiento retorno del pecado) durante Janucá. La
noche de Rosh Hodesh, Tevet durante Janucá, es el aniversario del día que
Ishmael hijo de Abraham el patriarca hizo teshuva. Abraham murió el día primero
de Tevet pero pudo ver a su hijo Ishmael arrepentido. Hashem le prometio será
enterrado en edad avanzada buena Tikaber besheiva tovah. Esas son las letras de
Tevet el mes. Como él vio a su hijo Ishmael arrepntirse (y ese era súper
malo), nosotras también podemos tenemos esperanza que nuestros hijos hagan
teshuva. Es un momento muy bueno para orar por ellos que están alejados de la
Torá,
En Rosh Hodesh Tevet, Ezra,
despidió a las mujeres gentiles de los hombres judíos que retornaron con ellas
a la tierra de Israel. Es una segulá este día orar por judíos que están en
relaciones con mujeres gentiles para que eso se arregle.
El octavo día de Janucá
se llama Zot Janucá. El Jidá explica
que las oraciones ofrecidas con llantos delante de la janukia en ese día causa
que todas las llamas se funden en los ojos de uno por las lágrimas y se vuelan
una antorcha de luz. Un llanto de esa manera asegura respuesta del cielo más
que Neila en Yom Kipur.
El Maharal de Praga (Rabino Mekubal Iehuda lev ben Betzalel 1520 1609).
Explica que el número siete representa el orden natural de las constelaciones
que equivale al mazal, suerte, pero el octavo día es un testimonio al ir mas
allá de lo natural o la suerte y en el día 8vo se puede lograr mucho más de lo
esperado.
El Ben Ish Jai dice que si alguien tiene una
enfermedad o alguna cirugía planeada no debería de trabajar o viajar durante
Janucá y será sanado más rápido. Él recomienda que solamente viajar a
lugares sagrados como Israel o tumbas de los patriarcas.
El Kaf haJaim (Rabino
Yakov Chaim Sofer de Bagdad, 1870-1939) comenta sobre la prohibición de las
mujeres de hacer trabajo durante las velas de janucá (Shuljan Aruj Oraj Haim
601:1) que si una mujer está en peligro debería de hacer una promesa de no
hacer melajá (trabajo) y guardarlo casi como Shabat durante uno de los días de
Janucá y será salvada del mal.
El padre del Rambam
Maimonides, Rav Maimón ben Yosef,
escribió que uno no debería de tomar a la ligera la costumbre de comer
los sufganiyot (buñelos) porque representan las oraciones de prosperidad. La
masa frita se conecta al verso de la Torá sobre Asher el hijo de Iakov que dice
sus panes son gordos. La palabra Asher se refiere a ashir rico.
¡Jag
Urim Sameaj!
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